El senador provincial y mandamás político de San Miguel, donde el intendente Jaime Méndez es solo su apéndice en el ejecutivo, hace gala de un bolsonarismo fuera de lugar, intentando minimizar el intento de golpe de Estado de las bandas fascistas (tal como las llamara el propio presidente Lula), tratándolos como simples barras bravas excedidos en su protesta. Sin aclarar que ese “exceso” fue un ataque contra la democracia.
Ya antes, luego de la derrota electoral de Jair Bolsonaro, De la Torre declaraba:
“Bolsonaro hizo una gran elección y una muy buena presidencia, en la que defendió la libertad y mejoró la economía. Espero que la vuelta de Lula no sea tan mala como fue la vuelta del kirchnerismo. Yo tengo claro de qué lado estoy.”
Más vale que está claro de qué lado está el senador, autoproclamado precandidato a gobernador bonaerense. Pero este corrimiento hacia la extrema derecha tiene una razón, que aquí explicaremos.
LAS RAZONES DEL BOLSONARISMO AGUDO DE JOAQUÍN DE LA TORRE
En la elección intermedia 2021, De la Torre que se había quedado fuera de juego en Cambiemos, optó por buscar refugio en el radicalismo, así pudo ofrecer los votos sanmiguelinos a la candidatura a diputado nacional de Facundo Manes, a cambio de su inserción en las listas provinciales como senador.
Pero algo pasó. Revisando los guarismos electorales de referencia, el oficialismo delatorrista sufrió una merma de 16.000 votos generales y, algo insólito, tuvo además 3.000 cortes de boleta en la categoría a senador, y eso se constata porque el candidato a primer concejal de su lista en San Miguel, el casi ignoto “Piojo” Méndez (primo del intendente) sacó justamente 3.000 votos más que De la Torre. De los 16.000 votos faltantes 12.000 fueron a la lista de ultraderecha de José Luis Espert, y 4.000 a la del chirolita de la derecha (supuestamente peronista) Florencio Randazzo.
Esto es claro, su propio electorado lo castigó. Ante la posibilidad de que su reinado en San Miguel peligre en 2023 (recordando el síndrome de la derrota de Jesús Cataldo Cariglino en Malvinas Argentinas en 2015), De la Torre decidió salir del radicalismo y hacerse halcón arrimándose a Patricia Bullrich, pero aún más halcón defendiendo a Bolsonaro.
El que lee la política sabe que es más fácil que el trosquismo gane la elección gubernativa provincial a que De la Torre sea gobernador. Esta es sola una maniobra publicitaria para resguardar su frente interno, si pierde el poder territorial en su distrito “queda nominado” para abandonar la política, por lo menos en los primeros planos, a los que siempre intenta vanamente acceder.
Su debilidad en la superestructura política se evidenció cuando renunció a la vice presidencia segunda del senado bonaerense, molesto porque los partidos que forman Cambiemos (Juntos por el Cambio) acordaron cargos provinciales con el oficialismo sin consultarlo, dejándolo fuera de la repartija. Ninguno de sus supuestos socios políticos lo instó a desistir de esa actitud renunciante, se limitaron a nombrar otra persona en su lugar.
Las declaraciones súper bolsonaristas, supuestamente enérgicas, Intentan esconder su debilidad política actual.
Es hora de que el peronismo del distrito deponga sus actitudes divisionistas, que en alguno enmascara su intento de negociar cargos colándose por la ventana si se llama a último momento a la unidad, como ya hizo en 2021.
Hoy Joaquín de la Torre políticamente es un “tigre de papel”, y es obligación del peronismo hacer historia, donde en San Miguel se ponga primero a la gente.
PEDRO BIRRO – Periodista regional conurbano