Con elecciones ganadas y perdidas en su rica historia política, con el orgullo de saber que «al peronismo lo sacan del poder con los votos o a los tiros», pero siempre manteniéndose en el juego de la democracia, jamás se hubiera supuesto que un aventurero de la política, rodeado de una fauna variopinta de de lúmpenes, aunque algunos doctorados y de buenos modales, pudiera arrastrar al partido que fundó Juan Domingo Perón, a la ignominia de una derrota catastrófica, con un insignificante 5,9% provincial y en algunos distritos perdiendo con el Frente de Izquierda.
Tan absurda fue esta aventura fomentada y publicitada por el Grupo Clarín, por medio de su hombre Alberto Fernández (jefe de campaña de Cumplir), que los dos únicos intendentes del conurbano que le quedaron a Florencio Randazzo, después que el grupo Esmeralda se desmembrara yéndose sus intendentes encabezados por Martín Insaurralde con Unidad Ciudadana, Gabriel Katópodios de San Martín terminó al fondo de la grilla con un 8%, y Juan Zabaleta de Hurlingham apenas superara el 5%. Ni en la 1ª ni en la 3ª secciones electorales, los votos de Cumplir alcanzan para discutir algún senador o diputado provincial, tendrían que triplicarlos para octubre.
Los símbolos justicialistas quedaron mancillados, a pesar de contar con casi la misma cantidad de minutos de publicidad gratuita en los medios radiales y televisivos que Cambiemos, a pesar de manejar la chequera con los fondos de campaña del PJ, Randazzo y sus huestes destrozaron en una jornada electoral una historia cimentada en militancia.
Quedó en claro que el ego que lo alejó de la campaña en 2015, que lo llevó a criticar al candidato del FPV antes del balotaje, en una muestra de misería política contumaz, que lo tuvo silenciado más de un año mientras el pueblo marchaba en las calles contra tarifazos, despidos y ajustes, guió sus pasos en esta aventura política de triste final. Tenía una sola salida para tratar de salvar algo de su raída imagen, que era apoyar en la general a Unidad Ciudadana, pero su propia soberbia y sus patrones de Clarín lo inhiben de la única actitud noble que podría tener.
Seguramente, para que sea útil a Cambiemos bilándole algún votito a Massa, o para tenerlo declarando contra Unidad Ciudadana en los medios que apoyan a Macri, Randazzo y su disminuida panoplia de buscadores de vivir del erario público, seguirán dando vueltas, como el pollo al spìedo del dicho popular.
PEDRO BIRRO – Periodista
