En algunos medios nacionales, LPO por caso, se editorializa sobre la fantasiosa idea de una candidatura de Martín Insaurralde a gobernador bonaerense, eso sí, si Axel Kicillof mudara su candidatura a la presidencial, dejándole el camino expedito al jefe de Gabinete provincial. Esto tiene más que ver con lo que algunos quieren, pero no con los que esos algunos pueden.
Mucho se divaga también, en ociosas plumas de alquiler, que Insaurralde lideraría a los intendentes peronistas, pero una cosa es la relación institucional por su cargo de coordinador desde la jefatura de gabinete, y otra es el apoyo explícito a su candidatura, en este último caso no aparecen los pesos pesados del poder político territorial, base de todos los poderes, es decir las intendencias, sobre todo de la primera y tercera sección electoral, lo que se llama el conurbano bonaerense.
LAS ENCUESTAS MIDEN Y DESPEJAN DUDAS
Según el reciente trabajo de la consultora Aresco en la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof a nivel general tiene chances importantes de ser reelecto. El Frente de Todos acumula 36,6% contra un 33,4% de Juntos, si se suman los votos de tres posibles candidatos (Diego Santilli 15,1%, Cristian Ritondo 10,9% y Martín Tetaz 7,4%). Aquí se gana sin ir a un balotaje, es elección directa.
LA PELEA POR EL PODER SUELE NUBLAR REALIDADES
Según muchos comentaristas nacionales, La Cámpora, especialmente Máximo Kirchner, estaría interesado en esta jugada, que desbarataría toda proyección de triunfo en la provincia. El interés cuando no, sería el manejo de la estructura gubernativa bonaerense, ya que Kicillok no pertenece a La Cámpora pero Insaurralde, sin pertenecer a esa orga política, es políticamente sumiso dependiente de Máximo.
“La única verdad es la realidad”, decía Juan Domingo Perón, y aunque filosóficamente se sabe que cualquier realidad es modificable, no lo es en este caso.
PEDRO BIRRO – Periodista regional conurbano