“Bolsonaro hizo una gran elección y una muy buena presidencia, en la que defendió la libertad y mejoró la economía. Espero que la vuelta de Lula no sea tan mala como fue la vuelta del kirchnerismo. Yo tengo claro de qué lado estoy», declaró Joaquín de la Torre, sin ponerse colorado.
¿ESTO ES TAN ASÍ?
Veamos datos oficiales de la pandemia:
Brasil tiene al 7/11/2022: 688.395 personas fallecidas por coronavirus con 213.993.441 habitantes. Argentina tiene 130.003 muertes, con 47.300.000 habitantes. Según cifras oficiales.
Si comparamos población con muertes entre Brasil y Argentina, el país limítrofe hermano tendría que tener 588.000 muertos. Entonces, las 100.000 muertes más (comparativamente), muestran que en la Argentina las cosas se hicieron mejor que en la gestión de Brasil, que De la Torre defiende mientras ataca al sistema de salud nacional durante la pandemia. Ahí podríamos hablar de hipocresía del senador de Cambiemos. Teniendo en cuenta que Jair Bolsonaro no recibió un país devastado, con una deuda externa impagable, y un sistema de salud destruido, como sí recibió el gobierno argentino desde el macrismo.
HAMBRE
Según Amnistía internacional, referido al año 2021: “Un estudio realizado por la Red Brasileña de Investigación sobre Soberanía y Seguridad Alimentaria —entidad independiente de investigación de ámbito nacional— la inseguridad alimentaria en Brasil había aumentado un 54% desde 2018. Más de la mitad de la población carecía de acceso pleno y permanente a alimentos. La inseguridad alimentaria grave, o situación de hambre, afectaba en 2021 a 19 millones de personas, el 9% de la población. Entre las familias de pequeños campesinos y las comunidades quilombolas, indígenas y ribereñas, la proporción de hogares afectados aumentaba hasta el 12%. Las familias encabezadas por mujeres y personas negras fueron las más afectadas por la falta de alimentos».
MISOGINIA
Para Claudia Luna, presidenta de la Comisión de la Mujer Abogada de la OAB (el colegio público de abogados) de São Paulo, las políticas públicas brasileñas de hoy van en contra de las mujeres. “Hoy, el Estado brasileño es un Estado que odia a las mujeres. Es un Estado misógino. Es un Estado que reduce las políticas públicas para las mujeres”, dice. “Eso produce violaciones a los derechos de las mujeres”.
Podríamos seguir reproduciendo conceptos de Bolsonaro de carácter misógeno, homofóbico, de desprecio a la comunidad afro, a los originarios, a los humildes, etc. Pero son cosas que todos saben, excepto (claro) De la Torre. Aunque sospecho vehementemente que sí lo sabe, pero acuerda con esos criterios.
OTRAS DECLARACIONES DE JOAQUÍN DE LA TORRE: SOBRE HIPOCRESÍA
“Lo que a Patricia le molestó fue la hipocresía de Felipe Miguel”. Afirmó el senador bonaerense de Juntos. Esto es en referencia a haber amenazado públicamente con “romperle la cara”, terminando con un “conmigo no jodas”, la Bullrich al funcionario de Cambiemos del PRO de CABA, por unas declaraciones televisivas.
Si hablamos de hipocresía, ¿acaso no hay hipocresía en De la Torre, cuando en entrevistas periodísticas pautadas (sin repreguntas cuestionadoras), se presenta como precandidato a gobernador bonaerense por Juntos, y esgrime como antecedente lo que él denomina “modelo San Miguel”?, veamos cuál es ese modelo:
Tal vez sea el conflicto con el personal de salud en el hospital municipal Larcade, en medio de la pandemia, por seis meses; por negarse el intendente Jaime Méndez (Chirolita político de De la Torre) a aceptar a la CICOP como representante gremial de trabajadores de la salud, lo que originó la renuncia masiva de 50 médicos y médicas. Recibiendo el personal hasta ataques físicos de la guardia urbana distrital, mal llamada Policía Local, ya que no lo es.
Hace un mes los tribunales de Trabajo dieron la razón a la CICOP, debiendo el municipio devolver el dinero con que multaron a dos médicos, incautándoles sueldos, además recibiendo una sanción económica el mismo municipio por intromisión ilegal en la agremiación de los trabajadores. Pero ya es tarde, el Larcade quedó a la deriva, sin la suficiente prestación médica de calidad, hasta llegó a tener un jefe de sala contratado por Méndez, que no era médico, al que la Policía fue a detener y (¿alertado por quién?) huyó por las vías del F.C. San Martín.
Tal vez el modelo sea la, aún no explicada, MUERTE de 16 internados en el geriátrico Bello Horizonte, de un total de 40 trasladados con personal y vehículos municipales NO del área de Salud, por sospecha de un brote de Covid. La denuncia fue presentada el 28 de julio de 2020 ante la UFI 4 de San Martín, y aún se espera vanamente justicia.
O quizá la muerte por incineración de Lucía Costa en el bar Zar, de San Miguel, cuando estalló un pebetero alimentado a alcohol en una de las mesas. Fuego vivo prohibido, habilitación de seguridad municipal inexistente, habilitación provincial inexistente (dos semanas después comenzaba el permiso para bares y pubs, por protocolo de Covid bonaerense). Más la mención de testigos de que habría habido dos inspectores en el bar en el momento del lamentable suceso.
Ahora mismo ha habido una seguidilla de muertes en el hospital mencionado, acusando familiares y vecinos de las víctimas al municipio por mala atención. Producto seguramente del vaciamiento de médicos experimentados, renunciantes ante el acoso municipal.
Ni hablemos de las barriadas populares de San Miguel, abandonadas en obras de infraestructura, ya que todo es para las zonas céntricas. Vecinas y vecinos de Santa Brígida se atienden en los hospitales municipales de José C. Paz, distrito vecino que tiene un presupuesto cuatro veces inferior a San Miguel, y que sin embargo construyó en estos años una red de ocho hospitales con fondos propios, así que al llegar la pandemia hubo trincheras de salud desde donde resistir al Covid, dotando de equipos de oxigeno propio a dos hospitales; incluso atendiendo a vecinos de San Miguel. Como frutilla al postre, el municipio paceño construyó también con fondos propios, el edificio de una facultad de Medicina (porque allí existe la Universidad Nacional de José C. Paz), donde hoy estudian miles de personas, muchos de San Miguel.
¿Qué grandes obras puede presentar De la Torre de su “modelo San Miguel”? ¿Hospitales, facultades, polideportivos? Y hablamos de salud, educación y deporte inclusivo. Las obras de asfaltos, cloacas y agua corriente que llegan, son de nación y provincia, y De la Torre-Méndez las bajan mayoritariamente en barrios acomodados. Con un presupuesto similar a Malvinas Argentinas (otro distrito vecino) la diferencia es enorme. En Malvinas hay polideportivos, nuevos hospitales, reconstrucción de escuelas incendiadas y el anexar nuevas aulas a otras escuelas, plazas remodeladas hasta con canchas de fútbol 5, hospital veterinario, y obras de pavimento e hidráulica en TODO el distrito, iniciándose las tareas de cloacas y agua corriente, que ya están en curso.
CONCLUSIÓN
Hablar de “modelo San Miguel” es una hipocresía. Teniendo en cuenta lo que el diccionario define como hipocresía: “Fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan”.
Y para ahondar, hombres del medieval Opus Dei, como De la Torre y Méndez, deberían saber lo que el Nuevo Testamento dice sobre los hipócritas: “Los fariseos ponían mucha atención a las ordenanzas y los hechos exteriores que les daban la apariencia de ser rectos, pero no les preocupaba realmente ser rectos en su corazón. Por eso Jesús se refirió a ellos como hipócritas”.
PEDRO BIRRO – Periodista regional conurbano
FOTOS DE elprimeronoticias.com DE diarioefecto.com Y PROPIA. VIDEO DE LAM (Canal 13).